Mis
versitos
De cerca te siento.
Con su sonrisa,
Veo alejarse su tren.
Ver su sonrisa,
Brilla la luna,
Sin tu sonrisa,
Acaba de partir.
No va a ser fácil,
Tu adiós helado,
Ayer creí ver,
En primavera.
No me interrumpas,
Con solo un guiño,
Solo a tu lado,
Si vuelve el ayer,
Hago, con cincel,
Aún sigue siendo,
Como el Guadiana,
Cuando tú hablas,
Ya tengo prisa,
Cuando te vayas,
Cómo decirte,
Es tu dulzura,
Quiero soñarte,
Nadie como ella,
Y de repente,
Al despedirme,
En mi soledad
Estrella mía,
Me reafirmo.
No me acuerdo,
De lo que sufro,
Me precipito,
Al abrazarte,
Con tu sonrisa,
Es un tormento,
En
sus ojos veo la luna.
Luna,
que fue cuna,
de
mis desvelos por ella.
De cerca te siento.
De
lejos te extraño.
De
noche te invento.
Con su sonrisa,
convierte
mi tornado,
en
suave brisa.
Veo alejarse su tren.
De
nuevo volveré a soñar,
paseando
por mi andén.
Ver su sonrisa,
es
viajar al paraíso,
a
toda prisa.
Brilla la luna,
mientras
nadas en las nubes,
de
mi locura.
Son
sus silencios,
lo
que me hace dudar,
de
sus aprecios.
Sin tu sonrisa,
se
oscurece la luna,
y
el sol se eclipsa.
Acaba de partir.
Tu
tren, lleva consigo,
una
etapa feliz.
No va a ser fácil,
volver
a reconquistar,
su
corazón frágil.
Tu adiós helado,
no
extinguirá la llama
de
nuestro pasado.
Ayer creí ver,
la
luna en tus ojos
y
el sol en tu tez.
En primavera.
Eres,
entre mis flores,
tú,
la primera.
No me interrumpas,
si
te digo que te quiero,
hoy
más que nunca.
Con solo un guiño,
se
hace dueña y señora
de
mi cariño.
Solo a tu lado,
repararé
mis sueños
resquebrajados.
Si vuelve el ayer,
intentaré
de nuevo,
volverte
a querer.
Hago, con cincel,
tu
nombre... Tu sonrisa,
con
un pincel.
Aún sigue siendo,
el
alucinante oasis,
de
mi desierto.
Como el Guadiana,
apareciste
de nuevo,
esta
mañana.
Cuando tú hablas,
conviertes
en una flor,
cada
palabra.
Ya tengo prisa,
por
disfrutar, de nuevo,
de
tu sonrisa.
Cuando te vayas,
explícame
los motivos,
en
cuatro rayas.
Cómo decirte,
que
el cariño sin flores
también
existe.
Es tu dulzura,
el
motivo más grande,
de
mi locura.
Quiero soñarte,
y
así tener más tiempo,
para
mirarte.
Nadie como ella,
sabe
decirme, callada,
cosas
tan bellas.
Y de repente,
veo
que tu ausencia,
está
presente.
Al despedirme,
me
aferro a tu cuerpo.
No
quiero irme.
En mi soledad
rozo,
suave, tu piel
aunque
no estás.
Estrella mía,
cuando
cruzo mi noche,
tu
luz, me guía.
Me reafirmo.
Ayer
dije, te quiero,
y
hoy, lo mismo.
No me acuerdo,
de
haber olvidado
tu
recuerdo.
De lo que sufro,
es
mi fiel silencio
testigo
mudo.
Me precipito,
si
doy un pasito más.
Recapacito.
Al abrazarte,
quiero
parar el mundo
y
respirarte.
Con tu sonrisa,
llegas
hasta mi gloria,
a
toda prisa.
Es un tormento,
cuando
miro en mi buzón
y
no te encuentro.