VIRUS

Virus

Explica mi vecino, que está muy preocupado porque ha contraído un virus de nombre extraño. Dice que, según todos los estudios, se ceba con la sociedad de clase madia-baja, pero muy especialmente con la baja-baja. Por el contrario, -sigue diciendo mi vecino- la sociedad de clase alta-alta, está totalmente inmunizada contra ese virus. En su intento desesperado por sufrir lo menos posible, esa patología, -cuenta mi vecino- que él cumple a rajatabla el tratamiento. Dice que para vencer a ese terrible virus, hay que enfrentarse a él con todos los medios que uno tenga a su alcance. Comenta mi vecino, que para combatir las posibles consecuencias de ese dichoso virus, hace ejercicio, hace meditación, hasta ha cambiado su dieta, y además, se dedica a recabar información. Analizando, en profundidad, todo lo que cuenta mi vecino, acerca del virus contraído y de sus consecuencias, llego a la conclusión de que mi vecino, no es un paciente aislado. A su alrededor, hay miles de almas contagiadas por ese virus. Y si no es por ese mismo, es por uno muy parecido. Muy a pesar mío, yo también he contraído uno de esos virus. Es evidente que mi clase social no es alta-alta, –qué más quisiera yo- por lo tanto, no he poseído la inmunidad necesaria, para haberme librado del contagio. Pero tengo muy claro que no voy a decaer. No, no voy a tirar la toalla. Y estoy, para ello, -desde hace un tiempo- siguiendo un tratamiento, que por cierto, es muy parecido al tratamiento que sigue mi vecino.
Mi vecino hace ejercicio: Se pone un calzado cómodo y se sale a caminar, durante una o dos horas, -generalmente dirige sus pasos a las afueras de la ciudad- sin importarle si hace frío o calor. (Dice mi vecino, que le va muy bien para mejorar la circulación sanguínea).
Yo, también hago ejercicio: Me pongo un calzado cómodo y salgo a caminar, durante una o dos horas, -generalmente dirijo mis pasos a las afueras de la ciudad- sin importarme si hace frío o calor. (Me va muy bien para dejar mi currículum en las empresas del polígono).
Mi vecino hace meditación: Es ideal para aprender a ser fuerte y estar preparado para los momentos en que se pueda venir abajo. (Dice mi vecino, que los tiene, sin lugar a dudas) .
Yo, también hago meditación: Es ideal para aprender a ser fuerte y estar preparado para los momentos en que me pueda venir abajo. (Que los tengo, cuando me dicen: Ahora no, pero deje su currículum, por si acaso).
Mi vecino sigue una dieta: Antes podía comerse, sin ningún temor, una mariscada o una parrillada, acompañadas de un buen Priorato o un excelente Cava Extra. Ahora no puede excederse. (Dice mi vecino, que teme que el colesterol le juegue una mala pasada y no pueda contarlo).
Yo, también sigo una dieta: Antes podía comerme, sin ningún temor, una mariscada o una parrillada, acompañadas de un buen Priorato o un excelente Cava Extra. Ahora no puedo excederme. (Temo que, al final, la cuenta suba demasiado y no pueda pagarlo).
Mi vecino se informa: Para ello, se desplaza cada día hasta a la biblioteca pública, donde dedica un tiempo a la búsqueda de información. (Dice mi vecino, que su obsesión es encontrar alguna información que sirva para mejorar su situación).
Yo, también me informo: Para ello, me desplazo cada día hasta a la biblioteca pública, donde dedico un tiempo a la búsqueda de información. (Mi obsesión es encontrar, en el periódico, un anuncio de trabajo, que sirva para mejorar mi situación).
Llegado a este punto…, llegado a este punto, analizo con calma la situación y me pregunto: ¿No tendrá mi vecino, el mismo virus que yo?