…y coincidimos sentados, juntos, en butacas correlativas, en el gran
teatro de la vida. La adolescencia gastada dejaba su espacio a la
joven madurez, cuando mis amigos las conocieron. A esas dos mujeres, (no
las nombro, porque ninguna de las dos merece que su nombre conste en segundo
lugar) van dedicadas estas pocas líneas, estos pensamientos.
Mis amigas
Ellas. Mis amigas. Un honor.
Hoy, a pesar de haber transcurrido bastantes años, todavía seguimos,
juntos, en el gran teatro de la vida, sentados en aquellas mismas butacas
correlativas, aunque alguna ya esté vacía.