Mamá "Leona"
Es la reina de su selva, de su recinto privado.
Es capaz de no dormir, para seguir vigilando,
el sueño de su cachorro, mientras le va cantando.
Le canta una nana dulce, nana de una gran madre
que, por amor a su hijito, quiso cambiarse el
nombre
para llamarse “Leona” y tener, como el felino,
garras, para protegerlo de manera impecable.
Para que nada, ni nadie, hurte esa felicidad,
que entra por la ventana, desde que llegó su Izán.
Esa madre tan “leona”, que quiere parecer feroz,
ha pintando su guarida con colores de ternura.
Y ha hecho una lamparita con los rayitos del sol.
Y a la cunita le ha puesto sabanitas de alegría
y una almohadita llena, de pellizquitos de amor.
Esa madre tan “leona”, que quiere parecer feroz,
acaricia a su pequeño, con sus garras de algodón,
con dientes de mermelada, y con su gran corazón.
(A todas las mamás “leonas”)
